Bajo la cálida noche
trémulos poros transpiran salinos sueños
resbalando hasta mi sien descansan ellos
ronroneando cual felinos palabrejas sin sentido.
Y en un halo de aire se recogen,
se evaporan y funden con corrientes
trayendo la calina a mi cerebro
que enturbiado va palpando pensamientos
hasta encontrar los tuyos,
ahogándose en mi pecho.
Ay de estas noches atropelladas
párpados luchando por no dormir
mente aturdida por las brumas
y las musas llegando en barca
alumbrándose en la niebla
a golpe de candil.
Llegan las palabras a mis dedos
se atropellan a sí mismas al salir
huyendo del incendio de mis sesos
como si nunca más fuesen a existir.
Si supieran mis ingénuas palabras
que inmortales tienen que vivir
encadenadas para siempre a mi poema
eternamente acariciadas por quien se deje sentir.
Calma, duda y hastío
vacío y sequedad en mi conciencia
surgen así la sensaciones
después de parir un poema
solo queda el silencio, la calma y la esperanza
de encender alguna luz cuando me lean.
(c) Libertad entre las cuerdas 2014
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